AFECTACIÓN DE AFORES PARA JÓVENES MEXICANOS
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Reforma a las Afores
El 38.6% de los trabajadores en las Afores tienen menos de 36 años, y serían los que recibirían un beneficio menor por sus condiciones laborales.
El futuro para los trabajadores jóvenes de México es aún muy incierto y poco halagüeño. Las reformas hechas a las leyes del Seguro Social y de Ahorro para el Retiro terminarían beneficiando más a los trabajadores de mayor edad, quienes podrán retirarse con menos años de trabajo y mejores condiciones de pensión, mientras que los menores de 36 años podrían ver algunos de los beneficios anulados por sus condiciones de trabajo. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), al cierre de 2021 se tenían registradas poco más de 70 millones de cuentas resguardadas por alguna de las 10 Administradoras de Ahorro para el Retiro (Afores) y de ellas, 38,6% son de trabajadores menores de 36 años.
Aunque el incremento de las aportaciones obligatorias que hacen los empleadores en México empezarán en 2023 para pasar del 6,5% del salario bruto de un trabajador al 15% de su salario como aportación para su ahorro al retiro incrementaría hasta en 30% el monto de la pensión al momento de la vejez, este beneficio quedaría anulado para los miles de trabajadores que trabajan en condiciones de informalidad.
Aportaciones al Fondo de Ahorro para el Retiro de los trabajadores mexicanos.
Corina Martínez, una desarrolladora de páginas web de 25 años, ha estado trabajando constantemente bajo esquemas informales. “El recibo de nómina me llega por una cantidad, y por fuera me pagan en efectivo”, relata. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo elaborada por el Inegi, unos 30,5 millones de trabajadores se encuentran en algún grado de informalidad laboral, es decir, el 54,9% de la población ocupada.
Moisés Pérez Peñaloza, especialista en sistemas de pensiones, confirma que son los miembros de la generación millenial los que más afectados resultarán pese a los cambios hechos a la ley. “El problema de no contar con prestaciones o con solo una parte de ellas en el sistema formal, hace más importante el ahorro voluntario, porque de lo contrario se anulan los beneficios para los que fue pensada la reforma”, comenta.
Martínez, como buena parte de la población joven en México, no tiene contemplado ahorrar mientras el aumento de precios siga su curso. “Sí, he pensado en ahorrar, pero entre pagar la renta y lo que gasto en comidas, me resulta casi imposible”, dice. El ahorro voluntario es probablemente la única salvación para la jubilación de los trabajadores jóvenes. Ante ello, la Consar determinó al comienzo del año que los promotores de hacer traspasos (cambios entre Afores) ya no podrán recibir ningún estímulo económico por estos cambios y que deberían dedicarse a promover el ahorro consciente.
Sin embargo, el ahorro que los trabajadores hacen de modo voluntario es muy escaso. De acuerdo con la Consar, aunque el ahorro ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos cinco años, es de alrededor de 1,5% del total administrado por las Afores, que corresponden en su mayoría a las aportaciones de los empleadores y a rendimientos, dando un saldo promedio de 96.437 pesos (poco más de 4.600 dólares) en las Afores de los trabajadores.
Aunque la reforma a la ley considera que hay que trabajar menos años para jubilarse, puede no ser suficiente para obtener una pensión similar al último sueldo que se percibió antes de la jubilación. Hasta antes de la reforma, los empleados debían de trabajar 1.250 semanas o 24 años para poder retirarse. Según los cambios solo se tendrá que cotizar 1.000 semanas o 19 años en los sistemas de Seguridad Social para tener acceso a su fondo de pensiones., algo que ya ha impactado a 27.396 trabajadores en edad de retiro.
“El efecto de esta reforma va a tomar tiempo, pero sobre todo tiene que ver mucho con que se cumplan las condiciones de trabajo y de ahorro de los trabajadores”, dice Pérez Peñaloza. Para la diseñadora Martínez, si las condiciones no varían, considera que va a tener que trabajar por muchos años más. “Es algo que creo que tenemos muy en claro: que si no trabajamos aún después de viejos, no nos va a ir bien”, reflexiona.